En el Día Mundial del Ambiente, beneficios de cuidar la naturaleza en niños y adolescentes
Dra. Lisbeth Bethelmy (PhD.)
Aunque el día de cuidar el ambiente en realidad debe ser todos los días, esta fecha la aprovechamos para concientizar acerca de los principales problemas ambientales y también para sensibilizar en el cuidado de la naturaleza, de todos los seres que la componen y de las acciones que tenemos a la mano para contribuir a las soluciones.
La lista de los desafíos ambientales es bastante larga, uno de los principales es la emergencia climática y sus consecuencias negativas al ambiente y a la vida cotidiana y salud de todas las personas, la pérdida de la biodiversidad y la descarga de nutrientes a los cuerpos de agua, contaminando lagos, ríos, mares, entre muchos otros problemas ambientales. Esta situación de incertidumbre por cómo será la calidad de vida de nuestro planeta en el futuro, nuestra casa común, está generando problemas de salud mental tales como la depresión y ansiedad climática entre la población más vulnerable.
Por ello, a propósito del Día Mundial del Ambiente, celebrada cada 5 de junio, queremos compartir la importancia de valorar y cuidar la naturaleza, no solo por el bien de los recursos ambientales en sí mismos y la salud de nuestro Planeta y de la humanidad toda, sino también porque la naturaleza es una de las fuentes de salud integral física, mental, espiritual sublime y social para todos los seres humanos, muy especialmente en la población de niños y adolescentes.
La cultura de cuidado ambiental es tarea de todas las generaciones
¿Quién no quisiera disfrutar de un planeta sano en el presente y en el futuro? Pues bien: investigaciones científicas señalan que para que logremos este derecho ambiental es de suma importancia promover conductas amigables con el ambiente en los niños, desde las etapas muy tempranas de la vida (Evans, Brauchle, Haq, Strecker, Wong y Shapiro, 2007), en conjunto con la concientización y promoción de estas mismas conductas también en los adultos. La labor del cuidado del ambiente y la naturaleza es una tarea intergeneracional. Los adultos debemos ser ejemplo de este proceso de cuidado ambiental para guiar y reforzar este estilo de vida en los niños y adolescentes.
Cuidar la naturaleza genera bienestar integral y para todos
Promover en los niños y adolescentes el contacto directo y frecuente con la naturaleza trae diversos beneficios, ya que esta simple acción promueve tanto el cuidado ambiental, como el fortalecimiento de la salud mental de la población. Investigaciones científicas revelan que el simple contacto directo con la naturaleza despierta en los niños y adolescentes el desarrollo de la creatividad y mejora las capacidades de atención y concentración en todas sus actividades, en especial las escolares (Corraliza, J.A., Collado, S. y Bethelmy, L. (2012).
Otros de los beneficios psicológicos del contacto con la naturaleza en los niños (y también en los adultos) son la optimización de la creatividad, del pensamiento constructivo, la capacidad de establecer más y mejores habilidades sociales adecuadas y el fortalecimiento de la autoestima. Por ejemplo, se ha demostrado que tener jardines o espacios naturales en los patios de recreo de los colegios y escuelas ayudan a los niños a tener un mejor rendimiento académico y a disminuir posibles síntomas de estrés relacionados con situaciones difíciles y complejas provenientes de su entorno social, familiar o comunitario, por tanto la realización de actividades en contacto con la naturaleza aumenta en los niños su capacidad de resiliencia, sus capacidades de solucionar problemas y su grado de bienestar general (Corraliza, J.A., Collado, S. y Bethelmy, L. (2011, 2017).
Y los beneficios de este simple contacto e interacción directa con la naturaleza aumentan mucho más cuando en los niños se genera una vinculación emocional con ella, es decir, cuando los niños y adolescentes logran sentir el amor, el respeto, y la sensación de que son parte de la naturaleza, lo que potencia aún mucho más los deseos de querer cuidarla, respetarla, conocerla, quererla y defenderla a lo largo de toda su vida adulta.
Este sentimiento de amor hacia la naturaleza se va gestando desde experiencias tempranas en la infancia cuando las actividades en contacto con la naturaleza son realizadas muy especialmente con familiares cercanos, como por ejemplo los abuelos, así mismo lo relata testimonios de personas adultas cuando se les pregunta acerca de las motivaciones que los impulsaron a dedicarse al cuidado ambiental desde el ámbito profesional.
Por todo lo antes expuesto, podemos afirmar que las emociones elevadas y sublimes en relación con la naturaleza son una de las mayores fuentes de bienestar y promoción de valores y conductas proambientales a lo largo de toda la vida de un ser humano (Bethelmy, 2012; Bethelmy y Corraliza, 2019).
Ahora bien, el acompañamiento y el apoyo que le podamos dar a los niños y adolescentes es muy importante ya que se ha conseguido en las investigaciones que el interés por cuidar la naturaleza varía con la edad en los niños. Los más pequeños de la casa (menores a 9 años) son los más propensos a involucrarse de manera espontánea en la realización de conductas proambientales, pero el interés va disminuyendo hacia los 12 años de edad (Larson, Castleberry & Green, 2010) y a medida que van creciendo sigue la disminución de dicha espontaneidad. Es por eso que debemos apoyarles e incentivarles a que continúen en esta actividad, fomentando en ellos valores de cuidado y respeto, y como adultos debemos darles el ejemplo y resaltar la importancia de realizar tales conductas en nuestra familia y comunidad.
Esta labor de cambios culturales en nuestros sistemas de creencias para tener un ambiente y naturaleza más sanos, la debemos protagonizar entre todas las generaciones y la naturaleza en sí misma es una gran aliada para ello.
Mientras más naturaleza en buen estado tengamos alrededor, tenderemos a percibir con más agudeza y consciencia la presencia de dicha naturaleza como parte de nuestra vida, de que somos naturaleza misma como parte de nuestra identidad y con mayor conciencia, en consecuencia, de sus necesidades.
Así que ¡Anímate a ser parte del cambio en familia, con tus amigos y vecinos! Involucra activamente a los niños y adolescentes y apoya sus iniciativas de acción en pro del ambiente y de la sociedad.
Conductas proambiental y prosociales
A continuación te ofrecemos algunas conductas pro ambientales y pro sociales que podemos empezar a realizar en el hogar para procurar un entorno favorable para este cambio de cultura hacia cuidado de la vida como un valor importante para nuestra sociedad, hacia el cuidado ambiental, personal y social en los diversos contextos en los que transcurre nuestro quehacer diario.
En la literatura especializada de la psicología ambiental se reportan variadas conductas proambientales potencialmente viables para ser realizadas por niños y adolescentes (Francielli, Bolzán y Castellán (2013).
Aquí agrandamos esa lista y las dirigimos a los miembros de toda la familia para que las realicen en conjunto.
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Procura tener naturaleza cerca, en tu propia casa y en tu vecindario.
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Planta en tu propio jardín, así sea un jardín de balcón, involucra a tus hijos, sobrinos o vecinos en esta labor.
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Promueve conversaciones en casa, entre los miembros de tu familia, relacionada con los principales problemas ambientales y sociales y de cómo podemos ayudar a resolver dichos problemas, brindando soluciones entre todos los miembros, promoviendo la participación y la creatividad.
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Sé ejemplo en el ahorro de los recursos básicos. Por ejemplo, el ahorro del agua es muy importante en casa. Cerrar el grifo mientras no se usa. Aprovecha la actividad de cepillar los dientes con los niños para enseñarles el ahorro de agua como una gran labor y conducta proambiental.
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Para el ahorro de energía, apaga las luces de la casa y desconecta aparatos electrónicos cuando no se utilicen, promueve en ellos esta labor como algo importante y de vanguardia, y no solamente como una tarea que se les exige sin mayor sentido de hacerlo.
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Si es necesario el uso de pilas, utiliza las que son recargables.
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Infórmate cómo separar residuos adecuadamente junto con tu familia, permite que los niños te guíen y enseñen, resalta su papel de liderazgo y recompénsalos como un valor.
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Disminuye el consumo innecesario de productos, en la reducción del consumo está la clave del cambio a favor del ambiente que queremos ver en el mundo.
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Pregunta a otras personas cercanas e inclusive especializadas qué se puede hacer para ayudar a reducir la contaminación.
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Cierra la puerta de la nevera mientras decides qué elegir y luego elegir y sacar.
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Siembra árboles y mantén su cuidado a lo largo del tiempo.
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Apoya en el cuidado de las mascotas, involucra a los niños y permite ciertas responsabilidades en esta labor.
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Realiza actividades recreativas y artísticas con los niños con motivos de naturaleza y su cuidado. Dibuja, canta, baila, escribe poesía, entre otras.
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Consume productos locales y procura una alimentación balanceada y local.
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Disminuye el consumo de plástico en todas sus formas.
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Promueve la búsqueda curiosa de información relacionada con el ambiente como un tema de interés dentro de la familia.
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Planifica visitas a la naturaleza en familia, eso ayudará a los niños a establecer un vínculo emocional con la naturaleza fuerte, de amor, cuidado y respeto. Así, cuando esos niños sean adultos tomarán decisiones que favorezcan el cuidado ambiental desde los diferentes ámbitos de su vida, inclusive el laboral.
Conclusión:
Involúcrate, cuidar la naturaleza también es cuidar de ti y de los tuyos, no es una tarea exclusiva de las autoridades. Tú eres ciudadanía con poder. Enséñale este poder a tus hijos y adolescentes, el de ejercer su ciudadanía como un gran valor. Ayuda a los niños y jóvenes a tomar iniciativas, conocer y defender sus derechos, a asumir responsabilidades, a ejercer liderazgo en pro de la defensa de la salud del planeta y la defensa de la vida y al final en la defensa de su propia salud y de la de su entorno, que es el de todos.
Para ellos (y también para ti) es una actividad muy gratificante y genera estados de bienestar integral y espiritual elevados sublimes, así como también una vinculación emocional de amor hacia la naturaleza Bethelmy y Corraliza (2019). No dejes todo el trabajo a las escuelas de procurar el contacto con la naturaleza y el cuidado ambiental y social de los niños y adolescente, promuévelos también en casa, con los familiares, con amigos, para así asegurar una vinculación emocional positiva y bien establecida a lo largo de toda su vida. No estás sola, solo en esta labor, estamos a la orden por esta vía para brindar mayor orientación.
Referencias:
Bethelmy L. (2012). Experiencia De Lo Sublime En La Vinculación Emocional Con La Naturaleza: Una Explicación De La Orientación Proambiental. doctoral dissertation, Universidad Autónoma de Madrid, Madrid. [Google Scholar]
Bethelmy, L.C. & Corraliza, J.A. (2019). Transcendence and Sublime Experience in Nature: Awe and Inspiring Energy. Frontiers in Psychology,10:509. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2019.00509
Corraliza, J.A., Collado, S. y Bethelmy, L. (2012). La restauración percibida infantil: adaptación de la escala PRCS for Children en una muestra española”. Psyecology, 3, 135-144. http://dx.doi.org/10.1174/217119712800337765
Corraliza, J.A., Collado, S. y Bethelmy, L. (2011, 2017). Effects of Nearby Nature on Urban Children´s Stress. Asian Journal of Environment-Behaviour Studies (ajE-Bs), 2 (4), 27-38. ISSN: 1394-0384.
Evans, G., Brauchle, G., Haq, A., Stecker, R., Wong, K., & Shapiro, E. (2007). Young children’s environmental attitudes and behaviors. Environment and Behavior, 39, 635- 659. doi: 10.1177/0013916506294252.
Francielli, Bolzán y Castellán (2013). Comportamiento proambiental en la infancia: un análisis del los niños del Sur de Brasil. Revista Latinoamericana de Psicología. 45 (3) 459-471 2013 ISSN 0120-0534
Larson, L., Green, G. T., Castleberry, S. B. (2011) Construction And Validations Of An Instrument To Measure Environmental Orientations In A Diverse Group Children. Environment And Behavior, 43, 72-89. doi: 10.1177/0013916509345212
Liu, J. & Green, R. (2024). Children’s pro-environmental behaviour: A systematic review of the literature. Resourses, conservation and reciclying. https://doi.org/10.1016/j.resconrec.2024.107524