Día Mundial de las Ciudades 2020
Este 31 de octubre celebramos el Día Mundial de las Ciudades sumándonos a las reflexiones que promueve el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos ONU-Habitat. El tema general del Día Mundial de las Ciudades es Mejor ciudad, Mejor vida y el subtema de este año es Valorando nuestras comunidades y ciudades.
Para reflexionar sobre estas propuestas de ONU-Hábitat no podemos omitir el contexto de la Emergencia Humanitaria Compleja (EHC) y los retos que esto trae al interior de nuestras comunidades, así como las condiciones que dificultan la vida de las personas y su quehacer ciudadano. Para quienes no están familiarizados con el concepto, la EHC es una crisis que tiene años desplegándose en el país de varias formas y entre sus muchas consecuencias se encuentra la afectación de las condiciones de vida esenciales y la desintegración de instituciones del Estado. Como consecuencia de esto quienes vivimos en Venezuela hemos sido testigos de la destrucción gradual de la economía, los servicios públicos, incluyendo el desmantelamiento del parque automotor que afecta directamente la movilidad interna dentro de nuestras ciudades y más aún en zonas rurales.
La pandemia por el COVID-19 ha contribuido a magnificar todas estas problemáticas, afectando especialmente el acceso a medios de transporte capaces de proteger a trabajadores esenciales y de dar cuidado a quienes se ven obligados a trasladarse largas distancias para trabajar o acceder a bienes y servicios.
En esta revisión del estado de las cosas, el rol de las comunidades organizadas ha sido imprescindible para aliviar las necesidades de la población durante los meses de confinamiento. Ciudadanxs protestando y resguardando el precario pero aún existente acceso al agua o gas, mercados populares, estrategias colaborativas para el financiamiento de procedimientos médicos, actividades en defensa de lxs ciclistas y promoción del ciclismo urbano como alternativa de movilidad ante la ausencia de combustible y un trabajo incansable de registro de violaciones a los derechos humanos por parte de organizaciones y activistas, han sido algunas de las cosas que solidariamente nos han permitido seguir adelante a muchxs de nosotrxs.
Alegremente el confinamiento ha provocado reflexiones profundas sobre nuestras maneras de mirar las diferentes escalas territoriales. Para las organizaciones feministas ha significado estrechar lazos y promover reflexiones acerca del rol de las mujeres dentro de sus hogares como cuidadoras, pero también sobre sí mismas y sobre el cuerpo que es el primer territorio sobre el que queremos decidir, parafraseando a Ana Falú. Para quienes trabajamos en la incidencia territorial ha permitido poner de manifiesto las complejidades de la vida cotidiana y de mantenimiento del hogar, también cómo los roles de cuidado ejercidos mayoritariamente por las mujeres necesitan ser atendidos y valorados en la configuración espacial de cualquier ciudad para que podamos movernos libres y seguras.
Hoy sabemos más que nunca que hay que poner foco en la relevancia de los roles reproductivos y vemos urgente que podamos adaptar las ciudades y comunidades para que las mujeres, niñxs, ancianos y personas con discapacidad podamos acceder libremente al espacio público, sin limitar nuestro potencial.
Para las organizaciones ambientalistas también ha significado todo un reto abordar los graves problemas y desafíos socio ambientales que están ocurriendo en nuestro país, desde los más elementales como el acceso al agua, hasta los de mayor impacto en los ecosistemas, como los derrames petroleros, el arco minero y los efectos ya presentes del cambio climático. Las organizaciones se han mantenido firmes en la investigación y construcción de acciones colectivas a nivel nacional que apunten al resguardo de las personas cuyas comunidades han sido afectadas por derrames de petróleo y que corren el riesgo enfermedades y pérdida de sus medios de vida.
Adicionalmente en esta época de profundas reflexiones, celebramos como el resguardo de la salud mental individual y colectiva es un tema que está dejando de ser tabú y las personas reconocen cada vez más su derecho a tener espacios públicos y verdes, con naturaleza, que favorezcan la conexión y restauración emocional indispensable para la salud y el bienestar social.
Como ciudadanxs estamos teniendo un aprendizaje significativo acerca de cómo cambiar y transformar nuestras realidades, conociéndonos y descubriendo nuestro propio liderazgo cotidiano y de acción comunitaria.
El día de hoy celebramos con este vídeo la capacidad de soñar que sigue viva en una población resiliente y reflexiva, y encarnamos la valentía de quienes día a día se esfuerzan por procurar un mejor y más sostenible país desde todas las escalas y ámbitos de acción. Celebramos las nuevas alianzas para el trabajo colaborativo propicio para la innovación social que todos requerimos, especialmente para nuestras ciudades y lugares comunes dignos que anhelamos habitar.
Por todo esto, el día de hoy reivindicamos nuestro derecho a repensar los paradigmas de gobernanza y planificación urbana, para fortalecer y revalorizar el rol de las comunidades locales en el desarrollo político, económico y social futuro.
Feliz día de las comunidades que resisten y transforman activamente.
Dra. Lisbeth Bethelmy Directora VerdelaTierra
Lic. María Luisa Campos Directora Resonalia
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