La psicología para la ecología y la responsabilidad social
El punto de inicio es la suma de muchos recorridos e historias. Ya en mis años de adolescencia sentí, casi de manera intuitiva en aquel momento, que los seres humanos somos una pieza fundamental en el estudio del ambiente y de su cuidado. Sentía que el factor humano era la gran temática en la protección medioambiental pero que este factor estaba ausente en los programas de conservación y áreas de conocimiento ambiental.
El tema ambiental ha estado mucho más asociado con áreas de las ciencias básicas o aplicadas de la biología, ecología, química, inclusive algunas ingenierías, pero no tanto con las áreas sociales y mucho menos…¡Psicológicas! Recuerdo, hace ya aproximadamente 20 años, en el stand de una feria de libros en un congreso ambiental, rodeada de textos académicos sobre el medio ambiente, ecosistemas, cuidado ambiental, me tomé la tarea de buscar si alguno tenía un capítulo sobre el factor humano en el cuidado del medio ambiente, de la naturaleza, y para mi frustración y sorpresa…¡Ninguno! La verdad estuve muy consternada porque no podía entender por qué la ausencia del factor más importante, a mi parecer, para la protección y cuidado de la naturaleza: el ser humano y su papel protagónico en la conservación del ambiente global.
Las áreas de estudio que incluyen el factor humano son igual de importantes en la comprensión de la naturaleza y su cuidado. Se ha sabido de manera implícita que la contaminación antropogénica, es decir, las actividades humanas influyen en la contaminación ambiental. Se asume tácito, pero, ¿por qué ha sido el protagonista ausente?
Afortunadamente, en la Cumbre de Río en el año 1992 se ha incluido el área social, además de la ambiental y económica, en el estudio e implementación del desarrollo sostenible. Desde entonces, ha crecido la investigación y se han consolidado áreas de estudio, una de ellas, la psicología ambiental.
La psicología ambiental estudia la interrelación que surge entre el ser humano y el ambiente; de cómo influye el ambiente en el comportamiento de las personas y al mismo tiempo en relación dinámica de cómo los humanos interactuamos y modificamos el ambiente. En esta dinámica se conocen una serie de variables psicológicas, por citar algunas, las emociones, las creencias, los valores, las actitudes, y las conductas proambientales. En específico, el área de la psicología para la conservación de la naturaleza o psicología para el desarrollo sostenible (o sustentable) dedica gran parte a la comprensión de cómo los seres humanos podemos contribuir a mitigar el daño ambiental, adoptando voluntariamente, nuevos estilos de vida sustentables, cambiando actitudes a favor del cuidado ambiental y teniendo nuevas conductas que disminuyan el impacto negativo de nuestra actividad humana actual sobre la naturaleza y el entorno inmediato en el que vivimos.
La idea es conocer en qué y cómo se traduce eso, de qué estamos hablando y de cómo los humanos podemos y tenemos la capacidad de transformación y adquisición de nuevos hábitos alineados con el desarrollo sostenible y el cuidado del ambiente natural y construido.
Nuestro grano de arena, y desafío, es difundir y aplicar las contribuciones de la psicología ambiental y también de la psicología organizacional en el fomento de estilos de vida acordes con los principios de la sostenibilidad y el fomento de la Responsabilidad Social en las actividades humanas realizadas en las organizaciones. La organización no es un ente aislado, es un conjunto de personas, desde las que toman las grandes decisiones ejecutivas y estratégicas hasta las que sólo ejecutan acciones. Nuestra propuesta es motivar, sensibilizar y promover la adopción de valores, cultura y estilos de vida sostenibles que redundan en beneficios para la organización, la naturaleza y las mismas personas.