Los desechos plásticos y la contaminación química: nuevo «límite planetario» excedido

Se estima que la humanidad ha sintetizado 350.000 tipos diferentes de productos químicos que se comercializan en el mercado mundial. Estos incluyen a los plásticos, pesticidas, productos químicos industriales, productos químicos que forman parte de bienes de consumo, antibióticos y otros fármacos. Todas estas sustancias son completamente nuevas, en el sentido que no forman parte de lo natural. No obstante, enormes volúmenes de estas nuevas sustancias se descargan al ambiente como desechos cada año, y sus efectos para los ecosistemas en gran parte son desconocidos.
La velocidad con la que aparecen estos contaminantes en el medio natural supera ampliamente la capacidad de los gobiernos para evaluar sus potenciales riesgos globales y regionales, y mucho menos para controlar cualquier problema que pueda surgir.
En 2009, un equipo internacional de investigadores, liderados por el Dr. Johan Rockstrom del Centro de Resiliencia de Estocolmo, identificó nueve límites planetarios cuantitativos dentro de los cuales es necesario que la humanidad no los exceda para poder continuar desarrollándose y prosperando, y para no limitar las posibilidades de las generaciones venideras. Estos límites se establecieron para:
- cambio climático,
- pérdida de integridad de la biosfera,
- interrupción de los ciclos biogeoquímicos del nitrógeno y el fósforo,
- cambios en los ecosistemas terrestres,
- acidificación de los océanos,
- uso global del agua,
- agotamiento del ozono estratosférico,
- aumento de la presencia de aerosoles en la atmósfera,
- introducción de nuevas entidades en la biosfera.
Cruzar estos límites aumenta el riesgo de generar cambios ambientales abruptos o irreversibles de gran escala en los ecosistemas planetarios. En 2015 nuevas investigaciones permitieron determinar que cuatro de los límites ya han sido sobrepasados. Estos son los relativos a cambio climático, la integridad de la biosfera, alteración de los ciclos biogeoquímicos del nitrógeno y el fósforo, y los cambios en los ecosistemas terrestres. En el siguiente gráfico se muestran estos límites.
Los cambios inducidos al excederse los límites planetarios conducirían a un estado que será mucho menos agradable, e incluso desfavorable, para los humanos comparado con el que hemos estado disfrutando durante el Holoceno, la era geológica que comenzó hace 10.000 años y cuya estabilidad permitió el desarrollo de nuestra especie.
Una nueva investigación, también del Centro de Resiliencia de Estocolmo, reporta que un nuevo límite ha sido sobrepasado. Se trata del límite relativo a la introducción de nuevas entidades en la biosfera, encontrando que prácticamente estamos inundando la biosfera con desechos de productos químicos y plásticos. Se hace un señalamiento particular a los plásticos entre todas las formas de contaminación química, porque en los plásticos está presente un polímero, que es el componente principal, pero también contiene aditivos que son mucho más solubles y nocivos. Estos aditivos pueden ser anti-UV, para que el plástico no se deteriore con la radiación UV del sol, y también “ignífugos”, que evitan o retardan que el plástico se incendie. Los aditivos pueden llegar a representar un gran problema porque los fabricantes de plásticos no necesariamente dan a conocer su composición exacta.
No resulta sorprendente que se haya rebasado este límite planetario, debido al incesante aumento de la producción mundial de productos químicos y plásticos. La cantidad total de plásticos producidos desde 1950 se estima en 7.800 millones de toneladas. El ritmo anual de producción se aceleró considerablemente al pasar de 2 millones de toneladas en 1950 a 380 millones en 2015. De toda esa cantidad, se estima que 1,4% ha sido arrastrada a los océanos, lo cual equivale a 110 millones de toneladas. Este plástico es arrastrado por las corrientes marinas y queda atrapado en cinco grandes vórtices o torbellinos naturales de gran tamaño. El más grande se encuentra en el Pacifico Norte y se le llama el continente de plástico, con una superficie algo superior a 2 millones de Km2. Los otros vórtices se encuentran en el Pacifico Sur, Atlántico Norte, Atlántico Sur y en el Océano Indico. Se prevé que la cantidad generada de desechos plásticos sólidos urbanos seguirá aumentando y se duplicará para 2040, y asimismo que la cantidad de plástico vertida a los océanos se va a triplicar.
Según el Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar (IFREMER), el 95% de los residuos plásticos que flotan en la superficie del agua acaban en el fondo marino, y una vez que llegan allí, ya es demasiado tarde para recogerlos porque sería demasiado costoso. Por ello, los continentes de plástico presentes en los vórtices solo representan la parte visible del problema.
Las imágenes de residuos plásticos en la superficie de los océanos han sido ampliamente difundidas en los medios de comunicación, y sabemos, por ejemplo, que las tortugas marinas se asfixian al tragar bolsas de plástico que confunden con medusas. Otra parte del problema y que es invisible a simple vista, se origina por la degradación del plástico en el agua que, de esta forma, se convierte en micro-plástico y luego en nano-plástico, que son partículas cuyo tamaño es inferior a una milésima de milímetro y son ingeridas por los peces y acumuladas por los mejillones. De esta forma el ser humano ingiere estas partículas.
Adicionalmente, los plásticos también contaminan los suelos y por esta vía también alcanzan al ser humano. En los suelos, el plástico utilizado en los invernaderos, por ejemplo, o el arrastrado por el viento desde los vertederos de desechos domésticos se mezcla con el suelo y se va fragmentando en partículas pequeñas, lo cual convierte a los terrenos de cultivo en mezclas de suelos naturales con residuos de plástico. Luego, luego estos residuos se pueden encontrar en las lombrices de tierra y otros organismos. También puede haber un intercambio de estos plásticos degradados del suelo con el agua, y va a parar a ríos y mares.
En los humanos, los efectos de esta contaminación aún son poco conocidos. La investigación apenas está comenzando en esta área, de lo que no queda duda es que los micro-plásticos ingresan al cuerpo humano y se los ha encontrado hasta en la placenta. Investigaciones recientes encontraron que los residuos microscópicos del poli-estireno son capaces de afectar el funcionamiento de nuestras células al alojarse en las capas de las membranas. Esto es considerado grave porque todas las células del cuerpo tienen paredes de membrana. Potencialmente se podrían alterar las células neuronales o intestinales, o las células de cualquier otra parte del cuerpo. Todo ello se encuentra aún bajo investigación.
Aún no se ha encontrado una verdadera solución a este problema, cuyas consecuencias no son inmediatas, pues al sobrepasarse el límite planetario, esto no se traduce en un cambio brusco y claramente perceptible. Las consecuencias no se perciben de la noche a la mañana, sino que más bien se produce un conjunto de pequeñas señales, que deberían interpretarse como alertas tempranas, porque en este caso, al sobrepasarse el límite planetario el problema ya se torna irreversible, no es posible retornar a la condición previa, es demasiado tarde y la situación queda fuera de control.
El reciclaje del plástico tiene muchas limitaciones, solamente una pequeña parte puede ser reciclado varias veces. Muchos no pueden ser reciclados sino una sola vez. Se estima que a escala global solamente el 9% de los residuos plásticos se reciclan. Algunos países han adoptado medidas para prohibir o limitar los plásticos de un solo uso, y se han emprendido iniciativas con barcos recolectores para retirar el plástico de la superficie del mar, pero esta práctica es costosa y solo avanzaría si se pudiese dar alguna utilidad a esos desechos, lo cual es muy difícil debido a la gran variedad de plásticos mezclados presentes. La solución entonces depende del desarrollo tecnológico de más opciones de reciclaje, recurrir a otros ciclos de economía circular y limitar reglamentariamente el uso de los plásticos. Varias ONG están solicitando que la Asamblea Ambiental de las Naciones Unidas (UNEA), prevista en febrero 2022, comience las negociaciones para lograr un tratado internacional sobre la contaminación por plásticos.
Los países que más descargan desechos de plástico en los océanos son China, Indonesia, Filipinas, Vietnam y Sri Lanka.
Referencias.
Rockstrom, J. (2009). A safe operating space for humanity. Nature, 461 (24), 472-475.
Persson, L., Carney Almroth, Collins, C.D., Cornell, S., de Wit, C. et.al. 2022. Outside the Safe Operating Space of the Planetary Boundary for Novel Entities. Environ. Sci. Technol., Web: https://doi.org/10.1021/acs.est.1c04158
Jambeck, J. R. Et al. Plastic waste imputs from land to the ocean, Science, 347 (6223), 2015, p. 768-771.
Lebreton, L. et al. River plastic emissions to the world oceans, Nature, 15611, 2017.
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Mattia I. Morandia, M. K., Wolff J., Schröder, A., Thalmann, F. & Marques, C. M. Accumulation of styrene oligomers alters lipid membrane phase order and miscibility, PNAS, 26 janvier 2021. Web: https://doi.org/10.1073/pnas.2016037118